Historia

Timeline

1926 – Integración del Colegio de Santa Rosa en la Congregación de las Misioneras Dominicas

La congregación del Colegio de Huesca decide integrarse en la Congregación fundada por la Madre Ascensión Nicol.

1940 – Concesión del Bachillerato Elemental

El Colegio recibe autorización para desarrollar las enseñanzas medias.

1958 – Autorización para impartir el Bachillerato Superior

Con la nueva autorización se completa la oferta de enseñanzas medias.

1973 – Inauguración del nuevo edifico del Colegio

Ante el crecimiento del Colegio y de la ciudad, se construye un nuevo edificio (el colegio actual) en el polígono Ruiseñores de la zona de expansión urbana de la ciudad. En 1986 se decide ampliar la oferta educativa a niños, optando por la coeducación de niños y de niñas.

1975 – Fundación del Colegio Altoaragón de Huesca

Los representantes de los Colegios Santa Rosa, Santa Ana, Salesianos, San Viator y Seminario deciden fundar un nuevo Colegio, para impartir las enseñanzas de BUP y COU en la ciudad, con una visión cristiana de la educación.

Beata Ascensión Nicol Goñi

Pionera en la promoción de la mujer.

“M. Ascensión Nicol Goñi fue una dominica española que vivió entre 1868 y 1940.

Hubiera querido tener una vida escondida en un convento de clausura, pero Dios lo dispuso de otra manera, y ella aceptó el cambio con el lacónico y expresivo “¡Hágase!” mariano con que subrayaba cuanto le sucedía, fuera triste o alegre.

A los diecisiete años su juventud apasionada se había consagrado a Dios en el Beaterio de Santa Rosa de Huesca, y a los cuarenta y cuatro, reflexivamente, “por si Dios quiere de ella ese sacrificio” se ofreció para dar respuesta generosa a una idea del vicario Apostólico de Urubamba y Madre de Dios, Moseñor Ramón Zubieta, y se convirtió en la primera misionera que penetró en la selva peruana buscando la promoción humana y cristiana de la mujer en su propio ambiente. Hechos posteriores aconsejaron que ambos continuaran esta obra y por eso fundaron la Congregación de Hermanas Misioneras Dominicas del Rosario, cuyo fin específico será “la evangelización” y sus destinatarios “los más abandonados y necesitados de instrucción cristiana“.

Una nueva muestra de la Voluntad Divina fue que tres años después murió Moseñor Zubieta y a ella, como Priora General, le correspondió dar forma y madurez al Instituto que tuvo que dirigir durante los veintidós años que mediaron hasta su muerte.

Su vida se apagó en Pamplona en 1940, pero no ha perdido actualidad su forma de entender la consagración religiosa como una entrega activa a la Voluntad de Dios, en humilde sencillez y ardiente caridad, junto a su afán de sacrificio por Dios y por los hombres. Además, ella contribuyó a crear y desarrollar el carisma misionero que sigue inspirando a las Misioneras Dominicas de hoy nuevas formas de entrega comprometida con las necesidades de un mundo lleno de focos de marginación y pobreza.”

Isabel Martín-Tesorero Álvarez