Historia

Timeline

1776 – Fundación del Colegio Santa Rosa de Huesca

Monseñor Antonio Sánchez Sardinero, Obispo de Huesca, funda un Patronato para educar a las niñas pobres de la ciudad. Decide que el nuevo colegio se instale en el Beaterio de “Santa Magdalena y Santa Rosa” de las Hermanas Dominicas.

1865 – Concesión de una Escuela Normal

El Colegio crece y adquiere renombre y obtiene, en el reinado de Isabel II, la concesión de una Escuela Normal, para formar futuras maestras. Funcionará hasta 1912, año en el que el gobierno de Canalejas suprime las Escuelas Normales en los centros religiosos.

1885 – Profesión de la Madre Ascensión Nicol

Sor Mª Ascensión Nicol profesa como religiosa del Colegio, en el que había comenzado sus estudios en 1883. Se llamaba Florentina Nicol y era natural de Tafalla (Navarra). En 1907, llegará a ser directora del Colegio.

1913 – Ascensión Nicol y otras cuatro religiosas salen como misioneras hacia Perú

Responden al llamamiento realizado por el obispo dominico Ramón Zubieta, para educar a niñas en Perú.

1917 – Fundación de las Misioneras Dominicas del Rosario

La Madre Ascensión Nicol y Monseñor Ramón Zubieta deciden fundar la Congregación de las Misioneras Dominicas del Rosario, para desarrollar su labor misionera. La Madre Ascensión será la Madre Superiora de la Congregación.

Beata Ascensión Nicol Goñi

Pionera en la promoción de la mujer.

“M. Ascensión Nicol Goñi fue una dominica española que vivió entre 1868 y 1940.

Hubiera querido tener una vida escondida en un convento de clausura, pero Dios lo dispuso de otra manera, y ella aceptó el cambio con el lacónico y expresivo “¡Hágase!” mariano con que subrayaba cuanto le sucedía, fuera triste o alegre.

A los diecisiete años su juventud apasionada se había consagrado a Dios en el Beaterio de Santa Rosa de Huesca, y a los cuarenta y cuatro, reflexivamente, “por si Dios quiere de ella ese sacrificio” se ofreció para dar respuesta generosa a una idea del vicario Apostólico de Urubamba y Madre de Dios, Moseñor Ramón Zubieta, y se convirtió en la primera misionera que penetró en la selva peruana buscando la promoción humana y cristiana de la mujer en su propio ambiente. Hechos posteriores aconsejaron que ambos continuaran esta obra y por eso fundaron la Congregación de Hermanas Misioneras Dominicas del Rosario, cuyo fin específico será “la evangelización” y sus destinatarios “los más abandonados y necesitados de instrucción cristiana“.

Una nueva muestra de la Voluntad Divina fue que tres años después murió Moseñor Zubieta y a ella, como Priora General, le correspondió dar forma y madurez al Instituto que tuvo que dirigir durante los veintidós años que mediaron hasta su muerte.

Su vida se apagó en Pamplona en 1940, pero no ha perdido actualidad su forma de entender la consagración religiosa como una entrega activa a la Voluntad de Dios, en humilde sencillez y ardiente caridad, junto a su afán de sacrificio por Dios y por los hombres. Además, ella contribuyó a crear y desarrollar el carisma misionero que sigue inspirando a las Misioneras Dominicas de hoy nuevas formas de entrega comprometida con las necesidades de un mundo lleno de focos de marginación y pobreza.”

Isabel Martín-Tesorero Álvarez